El Ritmo “La Bomba sinfónica” en el Centro de Bellas Artes

Tota

En Lugarde un gusto fácilmente adquirido, la experiencia de evaluar “Bomba sinfónica” se resume en un ejercicio de justa valoración.

Para su espectáculo musical, celebrado en la noche del miércoles en el Centro de Bellas Artes de San Juan, el trombonista William Cepeda reclutó un batallón de músicos y coristas, y se encargó de diseñar el repertorio, que constó de 13 piezas.

Es encomiable el arrojo de lanzarse a preparar una velada de tal magnitud, con la integración de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Puerto Rico, el Coro del Conservatorio de Música de Puerto Rico y el Coro de la Universidad de Puerto Rico en Carolina.

Sin embargo, el cometido de enlazar elementos de la música clásica europea con los de nuestros ritmos afroboricuas, de alguna manera, se quedó a mitad.

Lo primero es que los dos tambores utilizados fueron arrinconados en una esquina del escenario, detrás de los 46 músicos de la orquesta sinfónica.

Y sólo en la segunda parte del espectáculo, en tres de las seis piezas, el tambor tomó una posición de espacio central.

Esto tuvo su consecuencia: en gran parte del show, los elementos de la bomba, aun cuando fueran los protagonistas de alguna pieza por encima de la música clásica, resultaban tímidos, como relegados.

Y aun cuando esto haya sido parte del plan de William Cepeda al concebir el evento, la verdad es que la concurrencia dejó sentir su apetito por los golpes de tambor. Así ocurrió cuando premiaron con fuertes aplausos los temas “Baila bomba”, “Todos bailan” e “Imaconco”, en los cuales se sintió la unión exitosa de la música clásica con los ritmos afroboricuas, cumpliendo así lo que parecía prometer el título del show.

Los asistentes tuvieron motivos adicionales para disfrutar del concierto, incluyendo la participación de la soprano Adriana Kraiselburd, quien gustó mucho en su entonación de “La primorosa”.

El cantante Andy Montañez fue, por supuesto, otra carta ganadora. No hizo más que salir al escenario en “Sicá”, y su carisma y talento se impusieron.

Durante la interpretación, el vocalista se puso a dar sus pasitos de bomba, al lado de los bailadores José Calderón y Maribella Burgos, quienes lamentablemente apenas salieron en un par de temas.

De haber sido de otra manera, seguro que el concierto hubiera destellado más vibra, pues resultó muy interesante ver en la pantalla central del escenario imágenes de muchachas bailando durante la interpretación de “Baila bomba”. No obstante, estos visuales estaban muy opacos y sólo se proyectaron en esa ocasión.

José Calderón –ataviado de blanco, como es la tradición– sí tuvo más adelante la oportunidad de desplazarse como quiso por el escenario, robándose las miradas. Acompañado de uno de los tocadores, que se ubicó al frente, el experto se puso a contonear sus pies y su cuerpo, demostrando su maestría en este baile típico puertorriqueño.

“Bomba sinfónica”, que se espera lanzar en discompacto y DVD, contó, además, con la participación del destacado pianista Luis Marín, la cantante folclórica Nelly Lebrón y la dirección del maestro David Franco, quien curiosamente fue uno de los primeros maestros de música de Cepeda.

Contrario a lo que muchos esperaban, el trombonista tuvo una aparición secundaria, limitada al toque de caracoles en varios temas.