Sinfónico “El Caballero de la Salsa”

Tota

Esta noche Gilberto vivirá otra de esas innumerables “primeras” cuando se presente acompañado de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico en un concierto destinado a nutrir el Fondo de Pensiones de los miembros de nuestra máxima institución musical, velada cuyo inicio está señalado para las 8 p.m. en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, con el maestro Angel “Cucco” Peña en el podio.

No será ésta la primera vez en la que el llamado “Caballero de la Salsa” tenga como marco el sonido refinado de una orquesta sinfónica, de hecho, lo ha hecho ya en varias ocasiones, tanto en el país como en lugares como Venezuela, Colombia y Estados Unidos. “Más que un reto, lo veo como una aventura bien refrescante”, dice Gilberto a El Nuevo Día, poco antes del ensayo del pasado miércoles. “Es también algo que me permite proyectar mi repertorio desde otra perspectiva, ya que la naturaleza del acompañamiento musical tiene otra dimensión, con unas sonoridades que no son las usuales. La dinámica cambia y hay que ajustarla a esa textura”.

Gilberto destaca que queda en su memoria el buen sabor que le produjeron otras incursiones sinfónicas como la que tendrá esta noche, a pesar del temor inicial con la que el público tiende a acudir a escucharlo respaldado por un contingente sinfónico. “Es normal que la gente entre a la sala con ciertas reservas porque piensa cómo voy a hacer para armonizar estilos diferentes como el bolero y el sonido sinfónico”, apunta. “Ya lo he vivido antes y te aseguro que no hay temores de mi parte, sino simplemente el anticipo del placer que me espera en el escenario acompañado de los músicos y el público”.

El repertorio diseñado para esta noche incluye algunas primicias y, por supuesto, piezas archifamosas que no pueden faltar… y cuya ausencia el público no perdonaría. “Voy a cantar canciones de mis álbumes Sólo boleros e Intenso, ambos muy exitosos”, acota. “Asimismo, habrá dos piezas del repertorio puertorriqueño y otra del cubano. Sabemos que la salsa tiene sus raíces cubanas y deseamos hacer esa referencia, así como rememorar un estilo de música cubana muy especial y que se ha dejado de hacer”.

Para Gilberto, hacer música con los miembros de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico ha sido una experiencia muy gratificante también. La última vez que esto ocurrió fue hace alrededor de un año en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. “La Sinfónica se ha renovado en muchos aspectos y hay otra mentalidad, con un nivel de tolerancia mayor para la música popular”, reconoce Santa Rosa. “Sus músicos son boricuas en su mayoría y, los que no lo son, viven aquí. Puerto Rico es un lugar rodeado no sólo de agua, sino también por música, con un universo melódico bien vasto. Creo que por esto, para nuestros músicos es más fácil ir de un estilo a otro y en el concierto de esta noche este rasgo quedará nuevamente demostrado”.

Con una carrera como solista que ya bordea las dos décadas, Gilberto asevera que la magia que le permite seguir adelante concierto tras concierto tiene su clave en el placer que experimenta al hacer música. “Eso es lo que me hace perseguir el sueño, la ilusión”, reflexiona. “El día en el que eso se vuelva algo tedioso será el fin. Hay veces en las que hacer un espectáculo no es un buen negocio desde el punto de vista económico, pero eso lo compensa el placer que siento al cantar ante la gente. Algunos presentaciones son exitosas y otras no tanto, pero el placer de hacer música va sobre todas las cosas. El día en el que esto se convierta realmente en un ‘trabajo’, hermano, mejor me busco otra cosa”.