Hoy, cuando dirige la cruzada evangelística “Tony Vega Ministries”, el recordado intérprete de los éxitos Yo me quedo y Aparentemente comprende que existe un paralelismo entre su vida y la de Job, hombre que -según el Antiguo Testamento- lo perdió todo, excepto su fidelidad a Dios.
El salsero Tony Vega concibe como pruebas a su fe la cancelación de un contrato millonario con la disquera Universal Music Latino, la bancarrota que lo obligó a vender sus propiedades, la pérdida de su voz, la muerte de su madre y la condición de espina bífida e hidrocefalia que le fue diagnosticada a uno de sus nietos.
“Lo más difícil fue perder la voz, ya que deseaba trabajar y no podía. Me vi contra la pared. Lo otro duro fue cuando se presentó lo del nieto. Pero también entendí que era un plan de Dios”, dijo ayer a El Nuevo Día.
En el ambiente se comentó que padecía de cáncer en las cuerdas vocales. Pero las causas de su enfermedad eran sicológicas.
“Se especularon muchas cosas y era triste porque todo el mundo tenía su versión. Es como todos los cuentos. Hubo muchos que desaparecieron de mi lado y supe realmente quiénes eran mis panas. En cuanto a la condición, el pastor me dijo que era un ‘shock’ emocional, de tal magnitud que desahogué la frustración y la depresión en la voz”, recordó Tony, a quien no le faltó la ayuda y solidaridad de su compañero y amigo, Gilberto Santa Rosa.
Perseveró en la prueba y con la ayuda del pastor y sicólogo clínico Rubén Arroyo y unas clases de canto con Rina de Toledo pudo recuperar la confianza en sí mismo. Hoy, asegura, tiene la voz como una campana.
“Ya estoy viendo la luz. Estoy más tranquilo y he entendido el proceso. Cuando Dios tiene un plan contigo, tiene que destruir lo que el hombre ha creado. El imperio que Tony había creado se destruyó y me he levantado con la base de Dios”, dijo el cantante de 48 años.
Desde entonces reitera en sus prédicas que Dios no defrauda a sus hijos. Ahora recibe bendiciones, como el milagro de ver a su nieto caminar.
“Pudo ser operado, entre 200 niños. Los chavos aparecieron. Y ya está caminando”, señala Tony, quien se reconcilió con su padre tras nueve años de distancia y quien testifica como bendición el que su hijo Javier y su esposa pastoreen a los jóvenes de la denominación Casa de Restauración en la Florida.
La transformación de Tony Vega comenzó el 10 de marzo de 1997 en el Día Nacional de la Salsa, cuando el reverendo Alex D’ Castro oró por su salvación.
Tony, quien le suplicó a Dios que lo alejara de la salsa, ha comprendido que su misión es precisamente en el medio artístico, desde donde puede administrar a las almas, como hace cuando canta Cuestión de fe.
Su proyecto inmediato es un disco de salsa cristiana, con canciones de Domingo Quiñones y otros autores. También proyecta producir un disco de salsa secular. Su más reciente lanzamiento es el disco compacto de su testimonio, el que las personas pueden adquirir a través del correo electrónico tonyvegaministries@hotmail.com.
Visitará varios templos
Esta semana Tony visitará varios templos para testificar los milagros de Dios en su vida. Esta noche se presentará en la Iglesia Nuevo Testamento en Dorado; mañana en la Iglesia Apocalipsis en Parque Ecuestre; el viernes en La Roca en Saint Just y el domingo en horas de la mañana en Ciudad Fuerte en Guavate.
“Yo supe lo que fue servir al Señor en las vacas gordas. Pero con la cuenta en cero es mucho más grande alabar a Dios. Mucha gente del ambiente artístico se retira cuando Dios les empieza a quitar los juguetitos. Cuando te pide tu carrera, el carro que tanto te gusta, la casa que tanto idolatras o el deporte que con tanto gusto practicas. Hay gente que no aguanta esos golpes. Pero Dios rompe con tu orgullo y con todo lo que te pueda hacer daño”.
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