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Con una presentación en la que se alternó entre una rockera sofisticada y una sensual bailarina de “belly dance”, la cantautora colombiana Shakira regresó a la escena local con una serie de tres funciones en el Coliseo José Miguel Agrelot que inició el miércoles.
Tras cuatro años sin ofrecer un concierto en la Isla es normal que el público acudiera a la cita con expectativas altas. Pero a saber si todas fueron cumplidas. Ciertamente, la cantante tiene repertorio para ofrecer un espectáculo más extenso que el presentado con 16 temas.
Si su anterior “Tour de la Mangosta” se toma como la referencia más cercana, entonces esta vez se trata de una producción más sencilla, con menos complementos visuales y no tan llamativa. Sin embargo, no puede decirse que Shakira no complació a las miles de personas que pagaron por verle.
Lo que cantó
Estoy aquí
Te dejo Madrid
Don’t Bother
Antología
Inevitable
Si te vas
Obtener un sí
La tortura
No
Suerte
La pared
Día de enero
Pies descalzos
Ciega, sordomuda
Ojos así
Hips Don’t Lie
El retraso de una hora en el comienzo del concierto provocó que los presentes le recibieran con una euforia mayor. A las 9:30 p.m. apareció la esbelta joven, descalza y con el vientre al aire, para iniciar el recorrido musical por toda su trayectoria.
Los presentes escucharon relatos de Shakira entre temas, principalmente sobre cómo compuso varias de las canciones escogidas para la ocasión.
“Ésta la escribí a los 17 años porque a los 14 tuve mi primer amor. En realidad me enamoré a los 4 años. Se llamaba José y tenía cinco, pero mis padres nunca aceptaron esa relación”, comentó como preámbulo al tema ‘Antología’.
Más adelante, recordó “una noche en la playa, cerca de las 11:00 p.m., con un cielo estrellado” bajo el cual era “inevitable” no escribir una canción. Así nació su éxito ‘Inevitable’.
Sin duda, muchos querían ver de cerca a la artista. Y en medio de un inusual encuentro durante la segunda mitad del concierto, Shakira bajó de la tarima y caminó por uno de los laterales de la sección de arena, siguiendo la ruta que personal de producción le delineó con vallas de seguridad. Permaneció un minuto departiendo con quienes tenía cerca, sonriendo y estrechando la mano.
La danza del vientre
La artista pasó gran parte de la noche, mientras interpretaba varios temas, honrando las raíces de su padre libanés mientras bailaba la danza del vientre.
Shakira ha perfeccionado sus dotes como bailarina y cada vez marca con más firmeza el ritmo de la música.
Los movimientos que hace con su abdomen y, sobre todo, con las caderas, atrapan las miradas masculinas y provocan envidia en muchas féminas.
En otro segmento que llamó la atención, la artista manipuló las mangas de su vestido para hacerlas crecer y manejarlas en lo alto mientras giraba como un torbellino. El rojo intenso de la tela meciéndose en el aire engalanó la tarima.
Poco después, como cierre del espectáculo, una lluvia de confeti adornó el interior del lugar mientras Shakira decía adiós.
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