Con el primer sencillo, ‘Conteo Regresivo’, que ha grabado en dos versiones salsa y balada, ejemplifica la perfecta armonía con la que coexisten ambos géneros en la música de este cantante.
Gilberto Santa Rosa es un cantante pionero, su ejecución interpretativa y talento para el “soneo” dieron nuevo impulso a la salsa, contribuyendo a la revolución del género y haciendo que el artista despuntara en el mercado internacional.
Con tres décadas de trayectoria, y 45 años de edad, Gilberto Santa Rosa, nacido en el pueblo de Carolina, Puerto Rico, un 21 de agosto, se encuentra hoy en el pináculo de su carrera. Lo mismo cantando salsa que guarachas, mambos, boleros o baladas, en estos momentos Gilberto goza de una voz más madura y luce un control deslumbrante de su proyecto musical.
Proyecto que hoy se concentra en “Contraste”, producción de 17 temas – ocho salsas y nueve baladas – grabada en Rolo Studios de Puerto Rico.
Con la acertada colaboración de su incondicional colega José M. Lugo, productor, arreglista, músico y compositor, Gilberto regresa al giro tras los monumentales éxitos de sus dos últimos discos, “Auténtico” (2004) y “Directo al corazón” (2006).
En esta ocasión, participaron grandes compositores de la música popular hispana: maestros como Jorge Luis Piloto, Omar Alfanno, Juan Formell, Víctor Manuelle Ruiz (su entrañable amigo el cantante Víctor Manuelle), Rafael Monclova, Roberto Livi y Julián Navarro, Alberto Vera, Alejandro LaGrotta, Pavel Núñez y Juan José Hernández (autor de ‘Conteo Regresivo’).
Desde su niñez, Gilberto Santa Rosa disfrutaba de ver en la televisión las presentaciones de El Gran Combo de Puerto Rico, deleitándose con sus canciones, formas interpretativas y bailes, las cuales serían, gracias a su fundador don Rafael Ithier, cruciales en su desarrollo y formación profesional más adelante.
Pero Gilberto no sólo exhibía gran interés por la música, sino aptitud para la misma. Siendo adolescente ingresó a la Escuela Libre de Música de San Juan, donde comenzó estudios de saxofón y trompeta, aunque siempre estuvo seducido por el sonido de la tumbadora. En esa época se estrenó como cantante en un programa navideño de la TV de Puerto Rico, y fundó su primer grupo musical, La Evolución 65, que se llamaría luego la orquesta La Potencia.
Tras disolverse esa agrupación, ya Gilberto se perfilaba como uno de los jóvenes talentos más prometedores del pentagrama musical caribeño. Participó en la grabación de un disco llamado “Borinquen Flame”, y pasó a formar parte de la orquesta La Grande durante dos años.
De ahí en adelante, dejaría huella en conjuntos como la orquesta de Don Perigñón (su amigo Pedro Morales Cortijo), la orquesta Fantasía Boricua (de Manolito Rodríguez), La Primerísima (la orquesta de Tommy Olivencia), y el grupo de salseros Puerto Rico All Stars. Pero sería con La orquesta de Willie Rosario que Gilberto comenzó a despuntar en grande, logrando la aceptación popular con éxitos como ‘Lluvia’ y ‘Botaron la pelota’.
A mediados de la década de los 80, Gilberto era líder de su propio conjunto, si bien exploraba la idea de lanzarse como solista. Su experimento como líder de orquesta devino en los álbumes “Salsa en movimiento”, “Keeping Cool”, “Good Vibrations” y “De amor y salsa”.
Sus posibilidades en el mercado, sin embargo, se ensancharon tras firmar contrato con la multinacional Sony Discos, con la cual aún permanece. “Tengo que aceptar que al entrar a Sony, mi carrera internacional comenzó a arrancar”, ha destacado Gilberto. “Tenemos una relación amigable y estable”.
La inigualable habilidad de Gilberto para sonear lo dio a conocer a nivel internacional, ganándole legiones de fanáticos más allá de Puerto Rico (donde fue uno de los primeros salseros en transportar la salsa a la principal sala de espectáculos del país, el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré): en Centro y Suramérica, en los Estados Unidos, y hasta en Japón, cuyos escenarios pisó con gran aceptación en los años 90.
En 1995, Gilberto hizo historia al ser el primer intérprete de música tropical en presentarse en el célebre teatro Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York (de ahí saldría el aclamado disco “En vivo desde el Carnegie Hall”). Y luego, otra primicia: junto a la Orquesta Sinfónica de Venezuela, Gilberto grabaría en 1998 el primer álbum de salsa interpretada con orquesta clásica, “Salsa Sinfónica”.
A finales de esa década, Gilberto lanzó “Expresión”, disco que lo hizo brillar en el ambiente musical con las interpretaciones de ‘Déjate Querer’ y ‘Que alguien me diga’, alcanzando, a su vez, dominio en las listas musicales de Billboard e incidiendo con fuerza en cada vez más mercados internacionales.
Las producciones exitosas con Sony BMG continuaron con los álbumes “Romántico”, “Intenso”, “Viceversa”, “Sólo Boleros”, “Auténtico” y “Directo Al Corazón”, éste último ganador de un premio Latin GRAMMY en el 2006 y un GRAMMY en el 2007.
A su lista de galardones se agregan además, entre otros, los premios Tu Música de Puerto Rico (ganador en las categorías Cantante de Salsa del Año y People’s Choice), y el premio Orgullosamente Latino, brindado en el 2007 en la ciudad de Chicago.
Conocido como “El Caballero De La Salsa”, Gilberto Santa Rosa es la figura salsera que mejor se ubica entre dos épocas gloriosas de este movimiento musical: que tiende un puente entre generaciones al ser custodio de un sonido cadencioso, acorde con los patrones rítmicos de la salsa de las décadas de 1960 y 1970, a la vez que se enriquece con las nuevas fórmulas sonoras que modifican el género a partir de los años 80.
De esa manera, Gilberto Santa Rosa logra establecer un modelo rítmico que, en tiempos recientes, ha alcanzado la distinción del género y ha funcionado como receta en las propuestas musicales que han desarrollado nuevos talentos.
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