Navega sin control la música pirata en Puerto Rico

Tota

Por curiosidad, días atrás visité un pulguero y me sorprendió encontrar en sus cajas la banda sonora de la película “El Cantante” y otros discos recientes, como el de Draco, el de Kany García y Juan Luis Guerra.

Incluso, los grandes clásicos de la salsa tampoco se escapan de los piratas que distribuyen y venden su mercancía en los pulgueros.

¿Qué está haciendo la RIAA (la Asociación Americana de la Industria de la Grabación) para frenar la piratería de discos?

Poco. La más reciente investigación periodística de este diario propició la celebración de una asamblea de la RIAA en Puerto Rico, a la que comparecieron productores, gerentes de multinacionales y personalidades de la industria.

Hubo el compromiso de combatir la piratería. Pero, ¿cómo lo están haciendo? Mi conclusión es que de ninguna manera, de lo contrario los piratas no exhibirían sus productos de manera tan descarada.

El colmo de los colmos es encontrar productos pirateados en establecimientos conocidos. Y no es un secreto que algunos de esos locales disponen de la maquinaria de reproducción para reproducir una copia mientras el cliente espera. Eso lo sabe todo el mundo en la industria, pero ¿por qué no proceden con las denuncias correspondientes a la RIAA?

Un ángulo que se debe investigar es probar si es cierta la aseveración de que algunas (no todas) de las multinacionales que operan en el País participan de este esquema de fraude.

“La piratería es un monstruo que crearon parte de ellas mismas para evadir los pagos de regalías a los artistas, los productores y los compositores. Ellos mismos se piratean para no tener que reportar lo que realmente venden”, señaló una fuente de entero crédito, estrechamente vinculada a la industria del disco.

Pablito Aponte, un joven profesional que sigue los pasos de don Pablo en el negocio del disco, señala que a las autoridades le ha faltado voluntad para combatir esta práctica ilícita.

“Aquí no se han enfocado directamente a combatir eso. Soy de Barranquitas y me encuentro todas las semanas con dos carpas que venden películas y discos. Pienso que no se está haciendo nada. Hay veces que he visto algunos guardias comprando productos piratas”, comenta Pablito, quien no cree, sin embargo, que las multinacionales sean parte del esquema de fraude, a pesar de que, por ejemplo, algunas, como Sony y Fonovisa, han desembolsado millones en multas por sus prácticas payoleras.

(Recordarán que en 2005 Sony-BMG Music Entertainment llegó a un acuerdo con el entonces fiscal general de Nueva York, Elliot Spitzer en el que desembolsó alrededor de $10 millones y se comprometió en detener su política de pago por la transmisión radial de la música de parte de sus artistas.)

“No puedo afirmar que las multinacionales estén detrás de la piratería. Lo que sí pienso es que se han enfocado más con lo digital porque lo pueden vender y cobrar directamente”, sostuvo Pablito, quien asegura que las ventas de discos han experimentado una merma del 25%.

Por su parte, Ian Fraticelli, de Distribuidora Nacional, dijo que el mes de julio cerró con una merma del 10%. Ni el reguetón está vendiendo tanto. Los discos “Residente o Visitante” de Calle 13 y “El Cartel: The Big Boss” de Daddy Yankee no han vendido ni la mitad de lo que se esperaba, confirmaron tanto Fraticelli como Aponte.

“Es así. Hasta el reguetón ha bajado por la piratería y el ‘downloading’. Creo también que el género se saturó y las descargas de Internet están acabando con esto, porque esta generación de chamaquitos se dedica a bajar canciones para sus ipods”.

Mencionó el caso del reguetonero Arcángel, quien ha grabado más de 20 canciones y, sin embargo, aún no tiene un disco nuevo.

“Pero busca los ipods de los muchachitos que les gusta el reguetón para que encuentres sus canciones. El día que saque un disco, también lo van a copiar porque se han acostumbrado a eso”, asegura, con pesimismo, Pablito Aponte.