El ex cantante de Los Hijos del Rey, que en 1988 firmó un contrato millonario con Discos CBS, revela que reside cerca de su gente para conocer y sentir en carne propia sus desvelos y así abogar por su bienestar como diputado de Villa Altagracia en el congreso dominicano.
‘‘Debo ser autocrítico. Muchos nos hemos ido por el camino fácil. Pero uno de los pocos que queda usando a arreglistas como Manuel Tejada, Juancito Valdés y Junior Cabrera soy yo” A veces parece un político en plena campaña y no el cantante que esta noche, desde las 11:00 p.m., se presentará en la discoteca Luxor en Santurce.
“Villa Altagracia es un pueblo que aporta más del 40% del agua que consumen los capitalinos y nosotros no tenemos agua”, señala Vargas, con unas libritas de más en la cintura, mientras oculta sus ojos con lentes oscuros.
Ya han transcurrido seis años desde que le envió su promesa al “Papá de Cristo”, como se refiere a Dios. Se han resuelto parte de los problemas del casco urbano de Villa Altagracia, pero la miseria abate su periferia.
Al abordar el tema de la situación actual de la música dominicana, Sergio dijo que si tuviera que mandar una promesa por el merengue no lo haría por el género, sino por sus exponentes e intérpretes.
El abuso de la tecnología ha incidido en la crisis actual. La repetición, la monotonía y el estancamiento los atribuye a la falta de creatividad.
“Debo ser autocrítico. Muchos nos hemos ido por el camino fácil. Pero uno de los pocos que queda usando a arreglistas como Manuel Tejada, Juancito Valdés y Junior Cabrera soy yo. Pero la tecnología ha producido arreglistas que trabajan con programas de computadora, que afinan hasta las voces. Por eso es que estoy gestionando que en mi país se cree el Instituto Nacional del Merengue, para que regule la música”, reveló.
El problema no es el impacto de la bachata y la forma en que dicha expresión ha desplazado en popularidad al merengue. Para Sergio, los campesinos se llevaron la bachata a la ciudad y allí se impuso. “Ahora convivimos”, afirmó el intérprete.
Esta noche, la asistencia a su presentación en Luxor será el termómetro con el que el promotor Víctor Roque medirá si aún hay público dispuesto a bailar merengue en discotecas finas.
La serie “Noches Latinas de Luxor” continuará los próximos viernes con los espectáculos de Ruby Pérez, El Torito, Pochi y la Coco Band y Toño Rosario. Los talentos dominicanos alternarán con orquestas de salsa como la de Don Perignon y el Apollo Sound de Roberto Roena.
Para Sergio, la salsa y el merengue no son como el agua y el aceite: que no combinan.
“Yo llevo diez años compartiendo tarima con El Gran Combo en la Feria de Cali y en el Carnaval de Barranquilla, o si no vamos a Nueva York. Entonces, no sé por qué desapareció aquí”, lamentó el cantante.
Sergio Vargas anunció que el mes entrante lanzará su nuevo disco y que incluirá un tributo al fenecido sonero puertorriqueño Pete “Conde” Rodríguez, uno de sus ídolos.
“Voy a grabar un mosaico de sus boleros ‘Blanca’ y ‘Convergencia’. Y vamos a usar en los arreglos a Dionis Fernández y a Manuel Tejada, para los que saben de eso”.
El baile de Sergio Vargas en Luxor comenzará a las 11:00 p.m.
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