Juan Luis Guerra Monta al “Choliseo” en su travesía

Tota

Las sillas perdieron su razón de ser en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, desde el primer instante en que Juan Luis Guerra se hizo presente en este recinto en la noche del viernes.

Silueteado por un fondo rojo, el cantautor dio las primeras palmadas a la 9:46 de la noche y rápido se puso a entonar el tema “Travesía” seguido en perfecta armonía por el coro y las coreografías que fueron haciendo sus fanáticos en el lleno coliseo.

“¡Gracias! Es un placer estar con todos ustedes. Gracias por el cariño de siempre”, saludó el cantautor dominicano.

El enredo al que alude su tema “Vale la pena” se hizo realidad en un abrazo que el artista extendió justo antes de tomar la guitarra eléctrica, aunque los instrumentos que se destacaron en el show fueron la percusión y los vientos.

El merengue siguió acelerándose con “A pedir su mano”, éxito que desencadenó gritos y hasta besos en las parejas que ya bailaban en los huequitos entre filas y filas de sillas.

Durante el espectáculo, Juan Luis Guerra no paraba de brincar, y aunque cuando tomaba el micrófono se tornaba serio, tan pronto llegaban los coros explayaba su sonrisa de oreja a oreja.

A este punto, la energía era tal que parecía como si todos los presentes se hubieran bebido el café de “Ojalá que llueva café”.

Precisamente, al entonar esa melodía se proyectaron imágenes de agricultores pobres del Caribe, a quienes se veía felices en situaciones de trabajo intenso. Juan Luis señaló con su mano esos visuales proyectados en siete pantallas dispuestas como fondo de la tarima. También se mostró un vídeo alusivo a la fundación ALAS, que celebró un magno concierto por la niñez latinoamericana.

“Nuestra carrera prácticamente empezó aquí y queremos agradecerles de verdad”, expreso el intérprete”.

Aunque no dedicó literalmente a Puerto Rico su “Cancioncita de amor”, en ritmo de salsa, la audiencia respondió como si así hubiese sido.

Para introducir la bachata “Burbujas de amor” el cantante puso como condición a su fanaticada que le siguieran haciendo coro; y así lo hizo la audiencia rellenando con aplausos las pausas intencionales que se le colaron a la orquesta. Esto no significa que el grupo 4:40 fuera opacado, pues incluso en canciones de voz y guitarra desnudas, como “Sólo tengo ojos para ti”, la banda se dejó sentir.

Asimismo, ese toque romántico se mantuvo en balance con la fiesta tropical en que se convirtió la velada.

El equilibrio se sintió entre los éxitos viejos y nuevos, pues a veces estos últimos causaban mayor euforia, como sucedió al llegarle el turno a “La llave de mi corazón”.

El concierto, titulado “La travesía tour”, finalizaba llegada la medianoche, pero sin duda los interminables gritos y meneos presentes en el recital demostraron que hay quien está dispuesto a andar “El Niágara en bicicleta” por disfrutar de esta música nuevamente en vivo.

Fascinación con sus letras

Un poeta. Ésa fue la descripción de Juan Luis Guerra que repitieron varios admiradores entrevistados por PRIMERA HORA momentos antes de comenzar su show.

“En la calidad de la música que escribe se siente que es del corazón y siempre son cosas positivas”, comentó a este diario Edwin Cruz, de San Juan.

“El tipo es un genio”, agregó de inmediato Jacqueline Biascoechea, a quien secundaron sus acompañantes Vitín Negrón y Margarita Núñez, ambos de Naguabo.

Es básicamente la misma opinión de Luis Edgardo Maldonado. Este amante del rock ‘n roll entiende que Juan Luis Guerra “elevó la música tropical al nivel universal”, con lo que coincidió Paula Landrón, de sólo 12 años de edad. El cubano José Ducongén y la cagüeña Sandra Maldonado añadieron a la lista de atributos del líder de 440 su “seriedad en su trabajo”.