Paquito D’ Rivera de la Musica a la Literatura

Tota

.- Es un genio, no hay dudas, pero no es de los que va por el mundo dándoselas de prodigio y mucho menos padece de ataques de neurosis o adicciones innecesarias. Paquito D’ Rivera conoce perfectamente el traje que le va y se lo pone, lo disfruta, lo vive. Lleva toda su vida haciendo música (empezó sus estudios a los 5 años y a los 6 ya actuaba en público) y sabe muy bien que morirá sobre un escenario.

Por algo su historia está llena de esas hazañas que nos hacen pensar que eso de “ser un escogido” no es pura fanfarronería: en 1965, D’Rivera con tan sólo 19 años, convertido en todo un virtuoso del clarinete y el saxo, actuaba como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba.

Ese mismo año, D’Rivera y Chucho Valdés fundaron la famosa Orquesta Cubana de Música Moderna.

Este señor posee un extraordinario sentido del humor, una capacidad para reinventarse que le ha permitido ser un mimado de Dizzie Gillespie y hasta publicar sus memorias con el burlón título de “Mi vida saxual”.

Él mismo se hace llamar “el Paq-Man”. Viaja por el mundo de mano de su laptop, posee una risa que contagia, es maravillosamente extrovertido y tiene posiciones muy claras: es anticomunista y de los que cree que “el Ché era un argentino de mierda”.

Paquito D’ Rivera estará en el país el próximo sábado 23 de agosto, para un concierto que él ha titulado Funk Tango (como su premiado disco) y que subirá al escenario del Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua.

Además del Grammy, Funk Tango ha recorrido varios escenarios mundiales.

¿Cómo ha sido acogido por los seguidores del buen jazz? ¿Superó las expectativas de lo que imaginaba?
Funk-Tango se ha presentado ya extensivamente alrededor del mundo (mañana salimos hacia el Festival de Marciac, al sur de Francia), y la verdad es que el CD superó todas las espectativas, pues fue el estreno discográfico de Diego Urcola con el trombón de pistones; uno de mis instrumentos favoritos, y también la primera producción independiente de nuestro “quinteto”, donde además de recuperar nuestra inversión rápidamente, el disco ganó un Grammy.

Clarinetista, saxofonista, compositor, solista y director de orquesta…

¿Con cuál de todas esas manifestaciones se siente más identificado, más libre?
La dirección orquestal no es mi actividad favorita; lo hago cuando no me queda otra salida, como ahora, que tengo que tocar cinco veces en Japón el concierto en La de Mozart sin director.

El clarinete lo toco cada vez más, aunque el saxofón siempre es un viejo amor que no se olvida; y la composición es como una cuenta de banco, que al igual que las grabaciones, es lo que queda para la posteridad y para la memoria personal y colectiva.

En esa misma línea, pero en lo referente a la fusión del jazz con otros géneros en los que ha incursionado, como la música popular, la tradicional, la clásica, el flamenco, y de manera más inmediata, el tango…

¿Cuál de todos se parece más a Paquito D’Rivera?
Todos… Me fascina la buena música, desde Brahms y Matamoros hasta Michel Camilo, Stravinsky y Antonio Carlos Jobim; aunque si me pidieran escoger solo un tipo de música estaría indeciso entre el jazz americano y la música brasileña.

¿Qué hay de proyectos: continuará incursionando en el tango u otro género, a orquetas sinfónicas… o al jazz puro?
Hay una ópera en proceso llamada “Cecilio Valdez, Rey de La Habana”, con libreto de Enrique del Risco; y también (cuando tengo tiempo libre) preparo mi tercer trabajo literario–en este caso un libro de viajes– llamado “Paisajes y Retratos”. Los anteriores fueron el libro de memorias “Mi Vida Saxual” y la novela “¡Oh, La Habana!”, que es el título de una conga habanera.

Desde niño me encanta contar cuentos, escribir historias, y con mi artículo “Un Premio Nobel para Chita” me gané un premio nacional de periodismo en 2002. Fue sobre cierto parlamentario Nórdico que se le ocurrió proponer a Fidel Castro para el premio Nobel de la Paz, que es algo así como proponer a King-Kong para Miss Universo.

Recordando que empezó en la música muy pequeño llegamos a la conclusion de que está muy cerca de las seis décadas de vida musical, profesional, Es Paquito D’Rivera esencialmente un jazzita o un virtuoso de la música en general? Me considero un músico que ama su trabajo, y que trata de hacer cada rama de esta hermosa profesión lo más decentemente posible.

Le tengo terror a ese epíteto de “virtuoso”, que se ha encargado de sobrevalorizar el mal gusto y los excesos de algunos músicos intrinsecamente valiosos, pero que erróneamente han creido que la música tiene algo que ver con los deportes.

Pero lo peor de esto es que hay un (amplio) público para estos “turbomúsicos’ , que aplauden esos solos olímpicos de pie, como si realmente se tratara de un torneo de salto con garrocha o un gol de Maradona. Con el paso de los años disfruto cada vez más a gente como Miles, Chet Baker, Bola de Nieve o Paul Desmond, y me aterrorizan más los bateristas con diez platillos, tres bombos y 23 cencerros…¿sabes por qué?..¡porque se que los van a usar!