No creo que nuestras lágrimas puedan esconder algo lo que sí dice mucho de nuestra verdad. No queremos impresionar ni manipular como sí lo hacen ellas con el llanto.
Nosotros no tenemos que esforzarnos mucho para pedir perdón pero seguido de esa palabra generalmente hay una mentira: no lo vuelvo a hacer, no quise hacerlo, ella me obligó, etc.
A la hora de pedir perdón somos especialistas en mentir en la justificación aún si la promesa que "arreglaría" el tema sí sea verdad:
perdón+mentira+promesa (verdad/mentira) =cerebro masculino
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