En un principio, los medios americanos informaron que el joven se presentó en el centro escolar para acabar con la vida de su progenitora, sin embargo no fue así.
Las autoridades indicaron finalmente que el cuerpo hallado en el hogar de Lanza era el de su madre, y no el de su padre, quien quedó al margen del suceso y está con vida al igual que su hermano, Ryan, cuya identidad se confundió inicialmente con la del asesino.
Ryan afirmó que Adam y él no tenían contacto desde hace dos años y asegura que padecía algún trastorno mental como autismo o síndrome de Asperger.
El joven, de 20 años, vivía en un vecindario con su madre, quien se había divorciado recientemente, y no tenía historial criminal.
Los oficiales informan que su ataque fue preciso en el uso del rifle, arma similar a la que usan las tropas de EE.UU. en Irak y Afganistán.
EE.UU., consternada por el trágico suceso, ondeará los próximos cuatro días sus banderas a media asta.
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