La falta de cuidados provocaron que el apéndice nasal se le infectase, hecho por el que los médicos del hospital de Fuzhou, en la provincia china de Fujia, tuvieron que retirarle parte del mismo, con la consecuente desfiguración del rostro.
Meses después, los cirujanos pensaron que la mejor opción para recuperar su nariz, era la de cultivar una nueva en la frente del paciente y hacerle un injerto. Y así lo hicieron. Usaron unos extensores para fabricar una nariz con la propia piel del afectado, cortándola con la forma de una nariz.
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