
Alejandro no se conforma con la reciente decisión judicial que retira a los activistas los cargos de "piratería" con los que fueron inicialmente acusados por el estado ruso -un supuesto delito que en el país está castigado con penas de hasta 15 años de cárcel-, ya que sus compañeros de Greenpeace todavía podrían enfrentarse a siete años de estancia en la cárcel que, de algún modo, criminalizarían las iniciativas ecologistas con las que el intérprete madrileño está tan comprometido.
"Pegarse una calcomanía para mostrar tu apoyo a la defensa del Ártico es muy fácil, pero yo prefiero hacer conciertos solidarios y, sobre todo, venirme directamente aquí para conocer qué es lo que está pasando y cómo podemos solucionarlo. Uno nace con la preocupación por el medio ambiente, pero en realidad no puedes defender nada que no conozcas de primera mano. Yo ya no concibo otra forma de descubrir nuevas experiencias que no sea viajando", aseguraba Alejandro al diario Clarín tras su aventura en el Polo Norte.
Además de haberse destacado en los últimos meses por su vertiente ecologista, el exitoso cantautor español continúa imparable en un año de grandes alegrías musicales y numerosos homenajes que ponen de manifiesto su privilegiado lugar en la industria. Mientras llena estadios con el actual paso de su gira por México, la prestigiosa universidad de Berklee (Boston) se prepara para recibir al cantante el próximo 6 de noviembre para hacerle entrega de un reconocimiento muy especial: el título de doctor honoris causa por su excelso legado artístico.