En pocas horas el Grupo Gaula de la Policía logró descifrar la historia y hacer que la supuesta madre confesara la verdad.
La mujer de 28 años podría enfrentar cargos por falsa denuncia y fraude procesal, ya que llegó hasta el punto de registrar a la niña como hija suya y del extranjero, con quien tuvo una relación que empezó en Internet.
La menor nunca salió de su casa en Santander de Qulichao, Cauca, donde vive sus padres reales, quienes tienen una relación cercana con la mujer que se inventó la historia.
No se descarta que los padres hubieran conocido parte de los intereses de esta mujer, quien les dijo que quería llevar a la niña a Estados Unidos para aplicarle las vacunas que en Colombia son muy costosas.
Esta es la historia:
La historia real es que esta mujer caleña, mantuvo engañado a un hombre de Estados Unidos a quien tenía convencido que había tenido una niña de él. Así, el supuesto padre enviaría dinero para la manutención de la menor. Ella con el ánimo de que su prometido viniera a Colombia para hacer el registro de dicha "hija" en la embaja de estadounidense, tomó fotografías a la hija de unos conocidos para hacer más creíble el cuento.
Para inicios de este año, el hombre preparó su venida a Colombia para reconocerla ante las autoridades consulares estadounidenses. Por eso la mujer les pidió a sus vecinos que le prestaran al bebé para llevarla de paseo a Bogotá, pero ellos se negaron.
Entonces preparó una el engaño. Viajó a Bogotá el sábado anterior y fingió llevar en todo momento una niña de brazos llamada Mía Martínez. Se registró en un hotel cercano al aeropuerto y dejó allí ropa de bebé y pañales entre otras cosas. Tomó un taxi y se fue al aeropuerto donde quedó registrada en las cámaras de seguridad.
La mujer, según se ha dicho, dio vueltas en el aeropuerto donde buscó a varios auxiliares de policía a quienes les dijo que, minutos antes había abordado un taxi y que le habían robado a su hija. Dijo no saber más pues, seguramente, le habían dado alguna droga. La "película" de la mujer avanzó. Hizo un show en el aeropuerto, en donde su prometido llegaba del exterior.
Para dar con estos datos las autoridades enviaron al grupo élite a Cali y fue allí donde se enteraron que la historia de la enfermera no era real. Mientras eso ocurría, los medios de comunicación hacían esfuerzos para desenredar el ovillo de la historia y les pedían a las autoridades prontos resultados.
Pero nadie sabía que detrás de esa historia había una farsante que solo quería engañar a su prometido quien, quizá, no sabía la clase de persona que había cultivado como compañera sentimental.
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