
¿Es una cuestión de adorno?
Pues no. Dichos agujeros permiten una mayor aceleración a la esfera mientras se desplaza por el aire.
Si no los tuviera la pelota viajaría a una velocidad mucho menor.
Esto explica la enorme distancia que recorren cuando un golfista la golpea, llegando a alcanzar 200 yardas. Sin los huecos podría llegar apenas a las 50.
Los primeros golfistas hicieron este descubrimiento al darse cuenta que las pelotas afectadas en su superficie por los golpes eran más rápidas que las lisas.
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