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Los niveles elevados de grasa corporal evitan que exista una conexión adecuada entre las neuronas, las cuales dificultan la capacidad de recordar.
Pero hubo una variable en el estudio que la investigadora propuso y es que no necesariamente las personas obesas tengan peor memoria, sino que las personas que tienen mala memoria tienden a comer más.
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Es decir, que si se come sin concentración en lo que se está haciendo, la mente no recordará la última comida y pronto estará pidiendo alimentos.
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Así que la mejor recomendación es que cuando se come se debe estar atento a lo que se esta haciendo y evitar posibles distracciones como el celular, el televisor y otras personas.
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