Marc Anthony siente a plenitud el ´calor’’ dominicano

Tota

Mitad español, mitad inglés. Con todo el Caribe en la estirpe y sin olvidar su rebeldía rockera, Marc Anthony despidió anoche su ‘Tour 2002’ en la República Dominicana, no en Puerto Rico como se anunció en mayo pasado.

Energía recibió Marc de la multitud de cinco mil personas que había aguardado por él paciente y lista para “moverse’’ alrededor de hora y media, las cuales incluyeron una larga antesala, entre Jochy Santos, el guitarrista y vocalista norteamericano Tony Lucca, y el cuarteto femenino Soluna, chicas de figuras perfectas que sufrieron la presión de los espectadores que querían ver a su idolo.

‘El Orujo’, a cambio, premió la paciencia del público que no dejó de aclamarlo entregándose por completo durante un show de dos horas, de 9:20 a 11:00 pm., que abarcó un repertorio de 13 temas, algunos de los cuales recordaron sus inicios (Otra Nota, 1993), incluyendo los que demostraron “la hermosa etapa musical en que se encuentra’’, con sus nuevas producciones (‘Libre’ y ‘Mended’).

“¡Wow! Esta noche termina la gira ‘Mended-Tour 2002’ y durante esta no he sentido calor humano similar al de hoy’’, expresó y a seguidas besó el escenario, muestra de agradecimiento que repetiría cinco veces hasta despedirse con la sonrisa que no se borró de su rostro. Los aplausos y vítores no se detenían. Cada movimiento del también cantante pop (género que inició con ‘You Sang To Me’ y alternó con su rítmica salsa) era seguido por los espectadores que vibraron y rieron junto a él y no lo perdían de vista, a pesar de sus recorridos por el escenario que denotaron su poca aficción al baile, y terminaron con su camisa rojo vino repleta de sudor.

La nota de “sabor’’ fue puesta por la extensión de los temas con solos de percusión, piano, trompetas y guitarrras, dirigidos por Marc cual director de una orquesta integrada por más norteamericanos que hispanos.

Estos fueron los casos de ‘Nadie Como Ella’ (1995); ‘Hasta que te conocí’ (1993) -para la cual pidió compañía argumentando: “fue aquí que todo empezó’’; y la magistral interpretación de la canción del grupo Eagles, Hotel California. Sobre esta dijo, “nunca he grabado esta canción pero siempre la paso bien cuando la canto’’.

Con sus jeans gastados, Marc no olvidó sus gafas ‘Givenchy’ en esta presentación que adoleció de la producción que acompañó sus otras paradas, en Estados Unidos y Puerto Rico, tales como pantallas gigantes y tarima decorada con telas. No obstante, el anfiteatro de piedras es único, tanto que propició gran cercanía con el artista que no dejaba de sorprenderse con el público que le robó letras y voz en más de una ocasión. Marc actuar á el próximo sábado en California y se prepara para interpretar a Héctor Lavoe.