Sin embargo, la jueza Elisa Sánchez anunció que hoy enviará a Vargas a un juzgado de instrucción para que investigue las denuncias de una joven de 20 años que lo acusa de violación.
“La magistrada ni me dijo eso ni me dio un papel escrito ni me entregó un documento firmado que avalara esa decisión”, afirmó Vargas ayer.
El merenguero sostuvo que el sábado y ayer en la mañana realizó sus actividades normales y salió varias veces de su residencia.
Sánchez se mostró extrañada de que el merenguero violara su disposición y dijo que es un elemento grave a su condición como persona que debe responder a la justicia.
“Claro que violó la disposición, el fondo de la medida era que permaneciera en su domicilio para evitar y prevenir posible violencia en contra de una mujer que lo acusa de un conjunto de violencias”, dijo Sánchez.
Aseguró que informó a los abogados de las partes de su determinación para que éstos hicieran lo propio con sus clientes.
“Era una medida administrativa con característica de sanción y obligatoriedad. Si él la incumplió son situaciones por las que tendrá que responder por su irreverencia”, dijo la jueza.
Robert Cabral, abogado de Yokasta Sánchez, la supuesta víctima, dijo que las declaraciones Wilfrido “son una burla a la justicia”. Añadió que “falta a la verdad decir que la decisión del arresto domiciliario fue un simple comentario de la magistrada y no una medida”.
El caso comenzó en mayo cuando Sánchez y su entonces esposo, Winston Paulino, presentaron a la fiscalía una querella contra el artista por la presunta violación de la joven. Según la denuncia, la violación ocurrió en noviembre. Sin embargo, en noviembre la joven no acusó al merenguero porque, según declaró posteriormente, sintió vergüenza y estaba afectada por el trauma.
La fiscalía desestimó la querella presentada en mayo por entender que no existían “indicios serios, graves, precisos y concordantes que hagan presumir la responsabilidad penal de Vargas y García como autores del crimen de violación sexual en perjuicio de Yokasta Sánchez”.
Pero la joven llevó su querella a la Procuraduría General de la República y en julio el caso tomó un inesperado giro cuando Paulino acusó a su esposa de fabricar la historia de violación sexual y defendió la inocencia de Vargas. A pesar de las expresiones de Paulino, Sánchez mantiene su denuncia.
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