En auge la música urbana en Miami

Tota

Las excelentes ventas de discos de cantantes urbanos latinos en los últimos dos años –y su ingreso a los medios de comunicación masiva– confirman que las líricas callejeras experimentan un desarrollo evolutivo que ha servido para sacarla del underground y darle incluso etiqueta de superestrellas a muchos de sus exponentes.

Este auge se debe a varias razones. La entrada a la televisión y a la radio ha tenido mucho que ver, como también ha sido importante la intervención de las disqueras multinacionales que con su red de distribución permite que un disco llegue más lejos incluso que una señal de radio o televisión.

Sin embargo como en todos los géneros musicales, para triunfar se requiere talento y no salir con un disco cargado de tonterías encerradas en un ritmo que va igual de principio a fin. Artistas como Akwid, Don Omar, Tego Calderón, Vico C, Mala Rodríguez y la diva Ivy Queen sobresalen de los demás porque en sus entregas hay fusión de ritmos con líricas que tienen un sentido, historias que sin salirse del lenguaje de barrio que caracteriza a este estilo musical resultan interesantes y atractivas tanto al oído como al esqueleto.

Más de un centenar de discos urbanos en español han salido al mercado en los últimos meses, algunos buenos y otros malos. Lo que a continuación aparece es una selección que reúne características de lo nuevo y lo bueno en la música urbana.

Trivales

Entrando al Juego (Perfect Image)

Trivales se dio a conocer hace un par de años con la canción Fiesta, tema grabado para una compilación de éxitos de artistas de reggaeton y que luego pasó a ser la canción oficial de The Roof, un programa de televisión dedicado a la música urbana. Ahora sus tres integrantes llegan con Entrando al juego, su primer álbum que es el arma de combate con la que pretenden demostrar si pueden o no competir con los grandes del género.

Con gran diversidad en cuanto a la temática de las líricas, Entrando al juego presenta una combinación de algunos de los más conocidos productores del reggaeton, como Rafi Mercenario, Noriega, Cheka y Dennis Nieves, cosa que ayuda a que el disco tenga versatilidad y también permite que cada canción tenga su propio lugar.

Rumba caribeña es el primer corte en promoción y, como lo señala su título, es una verdadera rumba donde los ritmos caribeños se mezclan con reggaeton. Embriágate de mí, De qué vale amarnos así, Bailoteando hasta morir y Vamo´ allá –con Ivy Queen de invitada– integran la propuesta de Trivales para Entrando al juego, uno que sin dudas estos puertorriqueños saben jugar muy bien.

K1

Nuestro turno (OLE Music)

Podría pensarse que K1 (Kings One) es un derivado de los Kumbia Kings, pues al fin de cuentas seis de sus 10 integrantes pertenecieron a la famosa banda de A.B. Quintanilla. Sin embargo, los de K1 demuestran en Nuestro turno, su primer disco, que tienen identidad propia y aunque mantienen la cumbia como el elemento básico de su música, dejan en claro que no temen explorar con nuevos ritmos y crear cosas nuevas y diferentes a las que hace Quintanilla.

Nuestro turno –producido en su mayor parte por los propios integrantes– contiene una riqueza de ritmos que pocas veces se ve en una disco urbano. Junto a la cumbia, el rap, el reggaeton y el R&B están presentes la balada, el vallenato y, aunque en mínima escala, la salsa. Cada fusión está muy bien lograda, al punto que los arreglos no permiten en ningún momento que la base musical sea atropellada por el ritmo invitado.

Las canciones del disco se pueden dividir en tres departamentos, las románticas, las bailables y las de temática social, sobresaliendo A que te pongo, No me digas y Amor, familia y respeto.

90 Millas

De la isla El Caimán (Guitián Brothers Music)

Un reggaeton sumamente melódico trae el disco con el que este grupo cubano hace su entrada oficial al competitivo mundo de la lírica callejera. El álbum, producido por Julio Acosta, contiene temas muy movidos en los que el grupo no desperdicia la oportunidad de plasmar sus influencias nacionales, utilizando elementos distintivos de la isla para adornar sus letras.

La fuerza interpretativa de 90 millas no tan agresiva como suele ser en esta música y sus canciones son más bien de corte alegre. Lo social se toca levemente en una que otra canción y en otras predomina la nostalgia, pero en todas, la melodía de los temas es excelente y los coros a dos voces le dan un toque diferente a la grabación.

El chulo de la calle, su primer sencillo, es un reggaeton con R&B que ejemplifica la esencia y el estilo del grupo. El tabacón, Pegaíto, La jinetera, Cubita y No te han dicho son lo mejor de De la isla El Caimán. También esta Baby, una balada arropada de R&B que muy bien podría colarse en emisoras de música pop.

Mexiclan

Mexiclan (Univision Records)

Con este primer disco de Mexiclan la mezcla musical de culturas otra vez obtiene buenos resultados. Los instrumentos básicos de la música norteña –trompeta, acordeón, bajo sexto y guitarra eléctrica– se entrelazan con las líricas urbanas del hip-hop, logrando un sonido muy particular y para nada parecido a otras bandas del norte.

La buena calidad interpretativa de Sem Vargas y Marco Antonio Muñoz, los dos componentes de Mexiclan, está muy bien aprovechada en este disco donde un rap bien tradicional –como aquel de finales de los años 80, pausado y con buenas rimas– interactúa con otra voz de fondo cantando al ritmo norteño, para lograr una sola armonía que da gusto escuchar. Figuran en el disco Stupid & Creído, Sancho, Freaky, Raza mexiclana, Meet The Projects, Pus sí, pero no y Me siento bien, entre otras.