Manny Manuel se dio a conocer como intérprete de merengues pero a fines del año pasado dio un vuelco total en ese aspecto al grabar un disco con versiones nuevas de boleros clásicos.
El álbum se llama Serenata y contiene, por ejemplo, las canciones Miénteme, que fue popularizada por Olga Guillot, además de temas que en su momento fueron grabados por El Trío Los Panchos y otros.
´´Son poesías musicalizadas´´, sostiene el joven cantante puertoriqueño, “creadas en una época en la que no existía el bombardeo de tecnología actual y se escribía con el alma´´.
Manuel, en una visita fugaz a Miami, completa que para interpretar las perlas de Serenata “se requiere de sensibilidad´´.
La grabación recibió la aprobación de los coterráneos del artista, en la Isla del Encanto, lleva vendidas más de 100,000 copias. ´´Artísticamente me está yendo bien´´, dice, con razón.
El aterrizaje aquí se relaciona con la necesidad de Manuel de llegar a otros mercados. Tuvo cierta repercusión internacional en su plena etapa merenguera pero confía que el bolero es una “carta ganadora´´.
´´El merengue no murió, simplemente pasa por un proceso de purificación porque la gente se cansó de lo repetitivo´´, observa, en alusión al saturador merengue bomba puertorriqueño que explotó en años recientes.
Manuel tiene algo que ver con ese ritmo –que fue ejecutado por varios grupos, sin matices– pero siempre contó con un estilo propio, un sello coronado por su particular voz, potente y gruesa, que hace recordar al argentino Sandro.
Relajado, es estrella en su país pero no pierde sencillez, comenta que el vozarrón es hereditario, común en su familia. ´´Cuando mi papá o mi mamá me regañaban yo salía huyendo asustado´´, rememora, sonriendo.
Manuel nació hace 31 años en el pueblo montañoso de Orocovis, en el centro de Puerto Rico. Empezó a fines de los 80 y se hizo notar desde el 91, cuando integró el grupo Los Sabrosos del Merengue.
En 1994 pasó a las filas de la ya legendaria discográfica RMM, donde estaban Celia Cruz, Marc Anthony y Oscar D´Leon. Allí grabó cuatro álbumes y ganó un premio Grammy Latino, por la placa Manny Manuel.
´No me gustaría que se me encasillara para siempre como `el merenguero Manny Manuel´ pero, de todas formas, tengo que reconocer que el merengue me ayudó a comer en mis primeros pasos´´, reflexiona.
Niega que haya lanzado Serenata con un sentido oportunista. ´´Todo depende de las perspectivas con que se mire el asunto. Yo lo veo como el aprovechamiento de mis capacidades como cantante´´, manifiesta, cortés.
Manuel, que vive en la zona de San Juan conocida como Condado, se autodefine como “una persona muy humilde, que tiene los pies sobre la tierra y que, antes que artista, es un ser humano´´.
Jura que está sentimentalmente ´´muy estable´´. Permanece soltero y añade que el amor ´´nunca´´ le falta. ´´Siempre he tenido personas queridas a mi lado´´, sostiene sin pestañear.
Luce saludable y rozagante pero, según lo denuncia su estómago, con varias libras de más, lo que, en todo caso, no le viene mal para favorecer su imagen de cantor de boleros, de hombre maduro.
´´Cuando uno cumple una edad determinada le cuesta un poco perder peso´´, apunta, como si hubiera sobrepasado los 40 años.
En el mismo tono señala: “Estoy un poco más pensante que antes. Más adulto. Creo que el paso del tiempo da tranquilidad y capacidad para ver la vida con más responsabilidad´´.
¿Con la madurez no se pierde frescura?
´´No, la frescura está con uno mismo. Eso no tiene que ver con la vejez´´, responde, rápido.
Quizá acostumbrado a las entrevistas de la gran cantidad de medios especializados en farándula que hay en Puerto Rico contesta con calma sobre todo. Por ejemplo, al final de esta conversación con Viernes se le pide una opinión de la disputa legal entre su manager, Angelo Medina, y Ricky Martin, a quien representaba.
´´No tengo nada que decir sobre problemas fuera de mí´´, lanzó. “Lo que puedo asegurar es que Angelo, al igual que yo, es muy trabajador y cuando se empeña en algo no para hasta conseguirlo´´.
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