Tommy Olivencia confirma su poderío en la salsa en su Homenaje

Tota

SI de algo sirvió la celebración del 45 aniversario de la orquesta La Primerísima de Tommy Olivencia, la noche del sábado en el coliseo “Rubén Rodríguez”, de Bayamón, fue para confirmar el poderío de la agrupación como una de las más portentosas de la salsa.

Fueron tres horas y media de continua música, pasando revista por un histórico repertorio de salsa colmado de melodías con arreglos complejos y abrazadores que provocaron decenas de ovaciones entre los escasos dos mil fanáticos que asistieron a presenciar el memoriable evento.

Dirigidos por el maestro Edgar Nevares y con la usual asistencia de Tommy Olivencia, los héroes de la velada sonora fueron la batería de músicos de La Primerísima, integrada por Rafy Gutiérrez y Moisés Cancel (trombón), Efrén Camacho, Ricardo Marrero y Cheo Colón (trompeta), Carlitos Curás (bongó), Cachiro Thompson (conga), Tommy Olivencia, hijo, (timbal), Ángel “Pajai” Torres (piano) y Juan Ramos (bajo).

Estos artistas del ritmo se encargaron de lucir sus dotes melódicos y acompasados, dando sobradas muestras de sabor, clave y consistencia. Y no era para menos, puesto que si algo ha caracterizado al maestro Tommy Olivencia en su trayectoria es poseer una de las orquestas salseras más imponente de todos los tiempos. Por algo le llaman “la escuelita”.

Sin embargo, el vago sonido le quitó brillo al maravilloso trabajo que realizó la orquesta.

El repertorio del espectáculo fue bueno y extenso, como vasta ha sido la historia y la contribución de la banda de Olivencia.

Ataviado de blanco, el cantante Viti Ruiz, hermano del fenecido Frankie Ruiz, asumió la responsabilidad de arrancar el espectáculo interpretando “Que se mueran de envidia” y un popurrí de éxitos que incluyó “Primero fui yo”, “Como una estrella”, “Cómo lo hacen” y “Mujeres como tú”. En una figuración de la imagen de su buen recordado hermano, el joven salsero realizó una estupenda vocalización: clara, tersa y rítmica.

Sammy “El Rolo” González fue el segundo en arribar al proscenio para cantar los éxitos “Como cambia el tiempo” y “Trucutú”, contribuyendo a desempolvar la memoria de los presentes, quienes contonearon sus cuerpos con sabrosura al ritmo de “Enamorado y qué”, “Yo soy el títere”, “Cumbelemaina”, “Doroteo”, “Soy dichoso” y “Evelio”, todos vocalizados por Héctor “Pichie” Pérez, quien cargó con una de las participaciones más refulgentes de la noche.

De inmediato, apareció Simón Pérez cantando “Planté bandera”, “Se bambolea” y “La rumba continua sin Evelio”. Ese momento del espectáculo incluyó la participación de Luis “Perico” Ortiz y los recios repiques percusivos que ejecutó el timbalero Edgardo Morales y el conguero Héctor “La Mata” Meléndez.

El sonero Marvin Santiago, quien también subió a escena en ese tema, hizo alardes de su forma resuelta de improvisar, mientras era congraciado con una de las más fuertes ovaciones.

La leyenda artística de la orquesta, Paquito Guzmán, tuvo una participación espléndida cantando “No me molestes más”, “El negro chombo”, “Sin compromiso” y “Atrevida”. La voz de este veterano salsero, curtido al ardor de las sonoridades caribeñas de los años 50, conserva el candor y la musicalidad de siempre.

En uno de los encuentros más provocadores, los timbaleros Endel Dueño y Edgardo Morales se lucieron en una fuerte descarga al ritmo de “Cuero na´ ma”. Justo en ese instante, el ponceño Kenny Joel Silva Velázquez, de apenas 12 años, tomó el relevo en el duelo de timbales dejando al público en sobresaltos con sus repiques limpios y rápidos.

Más adelante se presentó Héctor Tricoche, quien cantó “Doce rosas”, “Periquito Pin Pin”, “Lobo domesticado”, “No me tires la primera piedra” y “Por ella”, esta última a dúo con Paquito Acosta y que tuvo que ser leída desde un atril.

Los temas “Vengo del monte” y “Pa´ lante otra vez” fueron sonados por Lalo Rodríguez, quien no perdió oportunidad para deslumbrar la escena con la fortaleza de su voz, revestida de modulaciones altas y agresivas.

En las postrimerías del concierto arribó Gilberto Santa Rosa, cuyo anuncio provocó que la gente se levantara de sus asientos para perderse en un cálido y profuso aplauso. Su interpretación de “Yo-ya”, “La gasolina” y “Rumba a los santos” fue majestuosa, así como el juego espléndido que este gran salsero ejecuta con el verbo provocando una andanada de soneos con un sabor impetuoso.

El final del concierto, que contó con la fina y resuelta animación de Néstor Galán “El Búho Loco”, se reservó para la vocalización del tema “Tommy Olivencia para la historia”, cuya melodía estuvo a cargo de Viti Ruiz y en el que todos los cantantes de la noche –excepto Héctor Tricoche– se unieron en un cálido abrazo para festejar una carrera musical de batallas y triunfos.

Reconocimiento especial
Fue sorprendente y especial cuando las hermanas de Tite Curet Alonso le entregaron un reconocimiento a Tommy Olivencia.

El músico ha sido un crítico acérrimo de la forma en que los “custodios” de Tite han establecido una mordaza que evita que sus temas se difundan en la radio.