Larry Harlow y Eddie Palmieri evidencian su majestuosidad musical en Venezuela

Tota

– Cuando un cartel musical anuncia la presencia de los maestros Eddie Palmieri y Larry Harlow, debe esperarse una hemorragia de acordes revolucionarios y vertiginosos a lo largo de sus actuaciones.

Esa reunión se produjo en la capital venezolana la noche del viernes y cumplió su promesa básica, pues puso a bailar a más de 25.000 aficionados a la salsa brava, en el estacionamiento del Hipódromo La Rinconada, un recinto ubicado al suroeste de la ciudad y que suele albergar los espectáculos de figuras como Olga Tañón, Gilberto Santa Rosa o El Gran Combo de Puerto Rico, donde demuestran su poder de convocatoria.

A decir verdad, se esperaba mayor afluencia de aficionados, en virtud del encuentro entre dos de las más relevantes figuras de la interpretación del piano en la salsa, que con sus arreglos e ideas tienen sus nombres escritos en la historia de este género.

Un poco de esto último fue lo que ofrecieron primero en Caracas, y el sábado en la ciudad de Maracay, a 120 kilómetros al oeste de la capital, en un show donde no sólo asistieron los salseros de la vieja guardia, sino una gran cantidad de muchachos que respaldan y conocen el trabajo de esos maestros.

Luego de iniciar el evento, con la presentación del sonero venezolano Hildemaro, y de la presentación de la orquesta Noche Caliente, le tocó el turno al “Judío Maravilloso”, quien inició su actuación con “Tumba y bongó”, un son montuno que popularizó a principios de los años 70 en la voz de Ismael Miranda, pero que esta vez fue interpretado por Luisito Rosario.

Con “Lotería”, en la voz cantante de Emo Luciano, comenzó el desfile de las leyendas. Pero cuando Adalberto Santiago subió a la tarima y apenas sonaron los primeros compases de “Quítate la máscara”, los músicos Yomo Toro en el cuatro, Nicky Marrero en los timbales y Lewis Kahn en el trombón, le pusieron sabor al evento.

El turno le llegó a Junior González, quien interpretó “Señor sereno” y “Caridad”, este último de la ópera salsa “Hommy”. Con las primeras notas de “La cartera” los bailadores se desbordaron de entusiasmo.

Con la llegada de Ismael Miranda a la tarima, uno de los cantantes boricuas más populares en este país, los salseros se llenaron de entusiasmo.

El llamado “Niño Bonito” vocalizó “Abran paso” y “Pregúntame cómo estoy”, no sin antes quejarse de que le impidieron ensayar y cantar “Caretas”, tema con el cual le ha llegado fuerte a la juventud de este país.

Luego vino Eddie Palmieri, quien no se presentaba en Venezuela desde 1994. Curiosamente, recordó con cariño el año 1982, cuando el incumplimiento de un empresario provocó la injusta prohibición de su salida de Venezuela, obligándolo a permanecer acá durante un año.

Pero Palmieri no quiere evocar lo incómodo del momento, sino la solidaridad que le brindaron los músicos en esta nación durante ese periodo.

Su banda comenzó a sonar con “Palo pa’ rumba” en la voz de Hernán Oliveras. Mientras que “Vámonos pa’l monte” también sirvió para demostrar el virtuosismo de sus músicos. El espectáculo se nutrió, además, de “Pa’ huelé” , “Malagueña”, “Muñeca” y “Óyelo que te conviene”.

El evento culminó más allá de las 4:00 de la madrugada, con esa sensación de saciedad y alegría por haber presenciado a dos colosos de la historia de la salsa.

Incidente con la prensa

Mientras Ismael Miranda cantaban “Cuando llegaré”, se produjo un impasse entre un camarógrafo y Larry Harlow. El camarógrafo adujo que hacía su trabajo con el consentimiento del “Niño Bonito”.

Eso molestó a Harlow, quien se bajó del piano para retirar los equipos de televisión. Ismael Miranda, en solidaridad con el reportero gráfico, se retiró de la tarima “porque le están faltando el respeto a un venezolano”.