En este disco, que salió a la venta el pasado 19 de junio, Stuart ha plasmado todas sus historias personales y otras no vividas pero con las que considera que se identificará la gente.
“Son doce temas sabrosísimos pero con temática romántica y mucho sentimiento, para el que vive el desamor, para el que está enamorándose, para el que no quiere saber del amor”, dijo en una entrevista a Efe el cantante, que calificó esta producción, la séptima de su carrera, de “puro corazón”.
El puertorriqueño, nominado al Grammy latino en 2005 por su álbum “Sin miedo”, “un disco pop con influencias tropicales”, empezó su trayectoria artística grabando coros para sus compatriotas Victor Manuelle y Marc Anthony, con el que asegura que tiene “mucho que ver”.
“Me paraba para ver cómo se desenvolvía (Marc Anthony) en el escenario”, recordó sobre la época en que acompañaba de gira al cantante boricua en sus comienzos y añadió que haber visto tantas veces cómo “brinca, le da la vuelta a la orquesta y se vuelve loco” fue lo que le hizo ganar confianza en sus actuaciones.
A pesar de crecer rodeado de salsa (en su familia se escuchaba “El gran combo de Puerto Rico”, la Fania, Héctor Lavoe y otros “grandes maestros” del género), de adolescente Stuart manifestó sus preferencias por el heavy metal y el rock “más agresivo” de grupos como Metallica, Kiss, Iron Maiden y ACDC.
“De joven uno se va con lo que está de moda”, comentó el salsero, que también se dedicó a bailar break dance y ahora sueña con que vuelva la “fiebre” de rock de los ochenta y poder ver a Bon Jovi en directo.
Stuart, que finalmente se decantó por la salsa porque, asegura, “se me llenó la vena de sangre salsera”, bromeó sobre la existencia de un cantante de sus características que “tiene corte rapero, le gusta el rock pero es salsero”.
“Tengo influencias de todas partes pero soy músico y me encanta todo”, afirmó el puertorriqueño, que comentó que en “Sentimiento de rumbero” puede verse la huella del rock en la versión de balada del primer sencillo del disco, “Me siento vivo”, para la que se inspiró en el estilo de grupos estadounidenses como “Evanescence”.
Según explicó, esta influencia del rock fue lo que le definió en sus dos primeras producciones, en las que desarrolló un sonido de la salsa “más contemporáneo” que definió como “salsa agresiva urbana”.
“Vine con algo fresco, un estilo que dentro de la salsa no estaba, aunque la Fania hizo algo parecido al incluir guitarra eléctrica en sus grabaciones con Santana”, recordó el cantante, que en su último trabajo también incluye otros sonidos como el hip hop, el flamenco y el reguetón.
Stuart manifestó su confianza en este género, que incluyó en su anterior trabajo, “Back To Da Barrio”, con versiones en salsa de temas de reguetón, por ser “pegajoso, de barrio y urbano”, pero declaró que la gente busca otras alternativas, “más música, más raíz y más cultura” y “están tirando para la salsa”.
A pesar de las mezclas, el boricua se declaró “fanático de la salsa tradicional” y de figuras como Ismael Rivera, Willy Colón y Celia Cruz.
Su último álbum incluye el tema “Pido perdón”, compuesto por los cantautores puertorriqueños Luis Fonsi y Obie Bermúdez, así como la canción “Un amor tan grande” que interpreta junto a la salsera puertorriqueña La India, y “Dos con swing” con el dominicano José Alberto “El canario”.
“La salsa es de los pocos géneros que nunca mueren, tiene su momento, sube, baja, a veces se apaga, pero siempre está ahí”, afirmó Stuart, que finalmente se decantó por este género por ser un ritmo que “se le pega a todo el mundo”, aunque no sepa bailarlo, y que aporta alegría a todos los sentimientos.
“Si vas a llorar, llora pero bailando salsa para que no sea del todo triste, si te vas a enamorar que sea bailando y disfrutando”, recomendó el cantante
Después de promocionar su último trabajo en Miami, Stuart viajará a Puerto Rico, donde presentará su disco internacionalmente, y de allí se desplazará a Canadá, Puerto Rico y otros países latinoamericanos como México
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