Colombia marcha para que los secuestrados vuelvan a casa antes de Navidad

Tota

A las doce del día, en la mayoría de las ciudades del país, con camisetas, pancartas, pitos y arengas se podrá exigir a los violentos la liberación de todos los secuestrados.

Los promotores de la jornada no quieren que esta vez la solidaridad sea menor. Marleny Orjuela, directora de Asfamipaz, sostiene que el hecho de que la mayoría de las personas a las que las Farc habían secuestrado para un intercambio estén en libertad no es excusa para olvidar a los que aún están en la selva.

"Después de la operación ‘Jaque’ hemos notado la soledad, el olvido y la falta de presión internacional", dice Orjuela, quien admite que la atención y la irritación de los colombianos puede estar hoy centrada en otros temas como el lío de las ‘pirámides’.

Pero, como ella misma dice, no hay excusa. Pese al invierno, a los problemas o al cansancio hay que salir a marchar. "Es un deber moral. Nadie puede celebrar la Navidad con la conciencia tranquila si no sale a marchar", repite Íngrid Betancourt.

La idea es salir entre las 10 de la mañana y el mediodía. Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá, propone que sea con una camiseta negra en la que se lea: ‘La vida es sagrada’. Colombia soy yo, movimiento de jóvenes que organizó la primera marcha, sugiere escribirles un mensaje a los secuestrados o a los secuestradores y depositarlos en las oficinas de Servientrega.

Al mediodía, en los puntos de encuentro de las diferentes ciudades se leerá una proclama: "Porque Navidad es tiempo de paz…unidos por la vida, unidos por la libertad, los queremos a todos en casa. ¡Libérenlos ya!".

La marcha busca un doble efecto, dice Luis Eladio Pérez -quien estuvo secuestrado por las Farc seis años- .El primero, darles ánimo a los secuestrados en la peor época del cautiverio: la Navidad, cuando la tristeza y el desánimo se apoderan de todos. El segundo, reiterarles a las Farc que el secuestro no puede ser un instrumento de lucha política.

"Por favor, que nadie se quede en casa", pide Óscar Tulio Lizcano, el último de los secuestrados que lograron la libertad, gracias a una heroica fuga de dos días.

La propuesta de esta jornada la hizo Íngrid Betancourt, antes de recibir el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia. La iniciativa fue acogida por los medios de comunicación, Redepaz y movimientos ciudadanos que se sumaron a la convocatoria.