
Días después de la Toma del Palacio de Justicia, millones de personas fueron testigo del pueblo que fue borrado del mapa, en medio de una época tensa y crítica. Lo que comenzó como un día común y corriente en la vida de miles de familias terminó convirtiéndose en uno de los hechos más desafortunados que enlutó al país. La radio y posteriormente la televisión informaron al país y el mundo la triste noticia que despertó a millones de personas a la mañana siguiente.
Sobre las 3: 00 p.m. comenzó a llover ceniza en el municipio y el olor de azufre era más y más impactante. Vehículos y fachadas de casas comenzaron a tornar un color blanco, debido a los residuos que venían del volcán que hizo su primera erupción en horas de la tarde.
Según estudios e investigaciones posteriores a la catástrofe, la avalancha tocó tierras del extinto pueblo sobre las 11:06 p.m. Tras un segundo derrumbe, casas, cultivos, ganado y tiendas quedaron sepultadas entre lodo, hielo y escombros.
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La magnitud de este desastre natural borró por completo a Armero del mapa, uno de los pueblos más prometedores de la época que tenía más de 25.000 habitantes. Al reportar el hecho a la mañana siguiente, las cámaras mostraron un escenario desolador que desunió familias, desapareció personas y conmocionó a todo un país.
Organismos de socorro se acercaron al lugar de la tragedia para socorrer a los heridos, auxiliar a los sobrevivientes y recoger a quienes habían fallecido. Familias quedaron destruidas, esposos acabaron viudos, hijos terminaron huérfanos, y con ello quedó plasmada una historia triste que enlutó a muchas personas.
En la actualidad, este lugar quedó sepultado entre maleza y ruinas de las pocas construcciones que quedaron en pie y solo son lugares desolados. Algunas personas se acercan a visitar este pueblo para conocer su historia, recorrer sus antiguas calles y hasta entrar a ver las tumbas de quienes fallecieron como Omaira Sánchez, uno de los símbolos de esta tragedia.