Llega a Tropicana y Bésame un nuevo episodio de Entre Valientes con Adriana Bustos. En esta oportunidad, el protagonista es el cantante de música vallenata Daniel Calderón, voz líder de la agrupación ‘Los Gigantes del Vallenato’. Este antioqueño de 40 años decidió abrir su corazón y contar todos los retos, tropiezos, pero también victorias de su vida personal y artística.
Desde muy niño Daniel Calderón ha tenido que tomar decisiones difíciles. Tuvo que separarse de su madre a los 10 años y buscar otros rumbos junto con su padre, el reconocido productor y compositor Iván Calderón. A pesar de que Iván comenzó desde muy joven en el vallenato, curiosamente no quería el camino de la música para Daniel.
El cantante confesó que después del colegio no le interesaba mucho hacer una carrera universitaria. Estudió un semestre de Ingeniería de Sistemas, pero su verdadera pasión estaba en la música. Su papá y sus tíos se dieron cuenta que Daniel mostró sus ganas por hacer música vallenata, con la que Iván se consagró.
Dejó la universidad a un lado y en ese momento en Los Gigantes estaban buscando el reemplazo de Hebert Vargas, quien había tomado la decisión de emprender su camino como solista. Daniel fue escogido como el vocalista de la agrupación en medio de críticas debido que era un completo inexperto.
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Ella es la mamá de Daniel Calderón; nunca tuvo una relación formal con Iván Calderón
En los primeros conciertos tuvo problemas con su voz. Se le iba la voz después de 3 canciones y la frustración apareció de manera tempranera en su paso por la agrupación. Confesó que no aguantó y se ponía a llorar. Desde allí inició su proceso para convertirse en un cantante profesional. Como consecuencia de la fama y la vida de artista, Daniel también atravesó momentos muy complejos con los que incluso llegó a tocar fondo. El artista recuerda que los excesos por poco le pasan factura a su salud.
“Bebía mucho alcohol, de mis presentaciones salía a parrandear, mujeres por aquí y por allá, trasnocho por allí. Ausencia para mi hija Daniela, mi hija mayor que tiene 20 años. Entonces en los 20 con esa necesidad de calle, de licor, de lo que todo lo que hacen los jóvenes entonces fui un poquito ausente en el crecimiento de mi hija y eso sí que duele”, comentó Calderón.
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