Julio Voltio y Andy Montañez descarga su emoción al retornar a la prisión

Tota

El rapero Julio Voltio regresó a prisión. No tenía esposas, no lucía el uniforme de confinado. En cambio, llevaba un micrófono y mostraba en su camisa la frase: “Pa’l pueblo”.

Estaba tranquilo de estar en la cárcel, sin miedo, chilin, como diría él. En 1996 Julio Ramos, nombre verdadero del artista, fue ingresado a la cárcel de Bayamón 1072 por “cosas de la vida”. Ayer volvió, pero no para estar detrás de los barrotes sino para cantarle a los confinados, con los que tanto se identifica.

Y es que el cantante ofreció el concierto “Voltio… en prisión” para los presos en la cancha del Oso Blanco, en Río Piedras.

“Sé lo que sufre un confinado, porque yo estuve confinado también, hace ya diez años. Vamos a traerle al confiando una diversión para que se olvide un poquito por lo que está pasando”, destacó el rapero, en una conferencia de prensa que celebró previo al concierto.

El evento fue una idea del propio Julio Voltio y del director Cristian Suau, quien se encargó de filmar el concierto para incluirlo en un cd/dvd documental del cantante que se supone que salga al mercado para el mes de diciembre.

Ve grabación de Voltio en la cárcel Oso Blanco

“Creo que esto es un concierto bien especial porque esta es la institución (penitenciaria) más grande y peligrosa del Caribe y, una semana después del concierto, esto se acaba y no se podrá hacer más nada aquí”, dijo el director en referencia al cierre del Oso Blanco, pautado para finales de mes. En la prisión sólo quedan 355 reos, según la oficial de prensa de la institución, Ivette Morales.

Los confinados aguardaban por Julio Voltio, pero estaba lloviendo y el evento era al aire libre. El rapero estaba inquieto por subir a tarima para llevarle un mensaje “positivo” a los confinados y ya había advertido que el concierto iba, lloviera o escampara.

Las gotas fueron cesando y el equipo de producción del concierto aprovechó para encender las cámaras, secar el equipo y comenzar con el concierto. Julio Voltio se fue a preparar.

Mientras se hacía la prueba de sonido, los guardias fueron sacando a decenas de confinados de custodia mínima a la única cancha que se utiliza de la deteriorada institución penal.

La mayoría de los reos que salieron eran jóvenes, lucían rosarios y miraban todo el equipo técnico (cámaras, luces, micrófonos e instrumentos) con asombro. Todos caminaron en orden hasta el centro de la cancha, donde el director Cristian Suau les indicó que debían gozarse el concierto y tener “energía”. Por las ventanas con rejas que daban a la cancha, no se veían cuerpos, sólo ojos de diversos colores, que apenas pestañaban.

Con todos los reos en la cancha y los guardias alrededor, salió Julio Voltio, recibiendo aplausos de los confinados.

“Gracias por estar aquí, yo sé lo que es el sufrimiento de un confinado. Se me paran los pelos porque yo sé lo que es estar aquí”, dijo el cantante para entonar “Julito Maraña”, seguido de “Voltio”.

Los reos movían sus cabezas hacia al frente y hacia atrás, al ritmo de la pista, y en ocasiones subían sus brazos. Algunos sonreían, otros cantaban y otros observaban tranquilos.

Los ojos detrás de las rejas también parecían moverse al ritmo del reguetón. En otra tarima pequeña, frente al escenario principal, un hombre musculoso con tatuajes –del equipo de producción del artista–, era grabado mientras le pegaba a un saco de boxeo.

“Si algún día tienen la opción de salir de aquí, recuerden que les esperan sus madres, sus hijos, los espera la calle. Si tienen la oportunidad de cruzar esa verja pa’ fuera sean personas de provecho y sepan bregar. Tiren pa’alante honradamente, que se puede”, expresó Julio Voltio, quien afirmó que cree en la rehabilitación.

“Chulin, Culin, Cun Fly”, una de las más aplaudidas, y “El Mellao”, tema que estrenó, antecedieron la aparición en tarima del salsero Andy Montañez, que fue recibido con vítores por los reos.

El salsero, quien recordó cuando tocó a esa prisión con El Gran Combo de Puerto Rico, interpretó con Voltio “Mi Puertorro” y sorprendió a los confinados al rapear un pedacito del tema.

“Mi libertad”, “Padre nuestro”, “Nos fuimos under”, “Chévere” y dos popurrís de salsa, que incluyeron el tema “Las tumbas”, fue parte del repertorio del vocalista, quien se mostró satisfecho con su regreso a la cárcel.

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