Después vinieron los arrumacos, los besos apasionados y las caricias que desataron la furia de Estrada, quien decidió ingresar a la casa y dar por terminada su relación al devolverle el anillo de bodas. Esta explosiva situación hizo que Nataly rompiera su silencio y asegurara, en repetidas ocasiones, que su matrimonio venía en declive y que su ruptura no había tenido nada que ver con Melfi.
“A mí no me termina nadie, aquí la que termina las relaciones soy yo. No sé qué es lo que está hablando Miguel Melfi últimamente, dice una cosa, hace otra. Aquí él no termina ninguna relación, que se relaje el hombre. Mi situación con Alejandro no tiene nada que ver con Miguel Melfi. Me gustó, es más intenso de lo que yo era, caí en el juego del romanticismo, en el besito, en la caricia… La visita de la mamá lo hace caer en cuenta y le dice que lo que está haciendo, tu país no te está apoyando. Tengo que poner un stop aquí (…) Llega la mamá y como un niño de casa toma en cuenta la opinión de ella y no la de la otra persona, que en este caso soy yo”, sentenció Umaña.
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