Las excelentes ventas de discos de cantantes urbanos latinos en los últimos dos años --y su ingreso a los medios de comunicación masiva-- confirman que las líricas callejeras experimentan un desarrollo evolutivo que ha servido para sacarla del underground y darle incluso etiqueta de superestrellas a muchos de sus exponentes.
A mediados del año pasado, cuando recién regresaba a la escena musical con su segunda producción discográfica, Obie Bermúdez pasaba desapercibido por las alfombras rojas. Aunque ya tenía un disco que lo respaldaba — Locales (1998) del género salsa — su nombre no causaba revuelo. Pero este año la historia es diferente.
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