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La historia de Sofía Camila Ibarra Salazar, también conocida como ‘la Camilita’, ha causado revuelo en redes sociales por los detalles alrededor de su detención. La joven de 22 años fue condenada a 13 años y 4 meses de prisión por el asesinato del presunto proxeneta Marcos David Figueroa, en Argentina.
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El hombre fue asesinado con un tiro en la cabeza el 31 de mayo del 2020 y la joven habría sido la responsable de planificar la muerte del hombre. Sin embargo, su historia se ha hecho viral al conocerse que vendía contenido erótico, fotos y videos en OnlyFans desde su celda en el centro penitenciario Cacheuta, en la ciudad de Mendoza, Argentina.
‘La Camilita’ acumula más de 6.900 seguidores en su cuenta de Facebook done promociona su contenido más picante y salió a la luz que usaba una plataforma de pago en línea para llevarse al bolsillo sumas de dinero durante su condena. Uno de los clientes de la mujer indicó que cobrara $74.000 pesos por video y videollamadas por una suma de $100.000.
Así lo registró el medio El Sol, al igual que la estrategia para que le consignaran los valores correspondientes. ‘La Camilita’ usaba la plataforma Mercadopago y los dineros eran transferidos a la cuenta de la madre de la mujer.
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Se desconoce si la mujer fue sancionada por usar un celular en la cárcel y por lucrarse de ello durante su privación de la libertad. Por su parte, el centro penitenciario informó que en el momento de la requisa de su celda no encontraron dispositivos tecnológicos.
La familia de la joven pide que le otorguen el beneficio de casa por cárcel para que pueda cuidar a su hijo de 5 años, quien debió a cargo de su hermana luego de ser condenada. La joven envió una carta a Infobae en el que daba su opinión sobre su sentencia.
“Qué humillación tan grande. Dios mío, estoy devastada. Fui condenada por un homicidio que no cometí. Me destrozaron, no tengo ni atención psicológica. Solo humillación tras humillación en todos los medios y de todos los malos ciudadanos. No tienen piedad ni tampoco consciencia. Me juzgan sin saber la clase de persona que soy”, escribió.
En la carta, la joven afirmó que no fue intencional, “pido que recen por mí y me dejen en paz y vivir libre en prisión. Fue todo un accidente”, puntualizó.
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