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¿Un buen amante nace o se hace?

Tota

El orgasmo, para muchos, es la representación del placer sexual, el límite a alcanzar; sin embargo, ¿lograr que la pareja lo consiga te hace un buen amante? Y, ¿ser un buen amante es cuestión de instinto o de aprendizaje?

Para el sexólogo Roberto Rosenzvaig, quien se encuentra acreditado por la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual, ser un buen amante tiene más que ver con una conducta humana aprendida que por un don natural.

El especialista señala, a través de su ensayo Amantes y erotismo, que entre más los seres humanos ascienden en la escala evolutiva mayor es el papel que cumple el aprendizaje en el modelado de las conductas, por lo tanto, el sexo es enseñado y aprendido, no es una habilidad innata sino adquirida.

En su investigación, Rosenzvaig señala que un buen amante tampoco es aquel que repite de forma automática lo que observa en cintas pornográficas, revistas eróticas o lo aprendido con otras experiencias.

Todas las personas son diferentes, por consiguiente no hay un guión que determine cómo ser un buen amante, pero existen claves que te pueden ayudar a serlo:

1. Sensibilidad y entendimiento
2. Tener el suficiente egoísmo para demandar la satisfacción de los propios deseos y la suficiente generosidad para satisfacer los del otro.
3. Usar el propio cuerpo como un instrumento de placer, sin temor o inhibición.
4. Creatividad y buen humor.
5. Comunicación.

Un buen amante aprende y disfruta de su pareja. Para serlo es necesario que no existan miedos ni restricciones.

Recuerda, para conseguir el placer sexual siempre debe existir respeto y confianza.